Monday, October 25, 2010

Carta Abierta a las ONGs y demás organizaciones internacionales que rechazan el Premio que recibirá el Presidente Álvaro Uribe Vélez en Madrid, España

Señores:

Los colombianos somos un pueblo que ha sabido resistir a través de la historia innumerables incidentes de violencia que han teñido de sangre nuestro suelo. El dolor ha sido hondo, pero hemos sabido, también, levantarnos y mantenernos en la carrera por el desarrollo y el bienestar de la patria. Ha sido un camino difícil, pero lo hemos recorrido con coraje y mística. Muchas de las organizaciones que ustedes representan han sido testigos y algunas pocas veces, colaboradores de este proceso. Nuestro proceso.

Agradecemos sus gestiones, su apoyo, su interés; pero al mismo tiempo les solicitamos prudencia. Este es un país soberano donde a pesar de los malestares que nos aquejan ha prevalecido la democracia. Las decisiones frente a cómo queremos priorizar y solucionar nuestros problemas nos competen estrictamente a nosotros, los colombianos. A pesar de sus buenas intenciones, sus consejos no deben pretender pasar de esa categoría. No existe ninguna superioridad moral ni intelectual de ustedes frente a los colombianos. Ya los tiempos de la colonización pasaron. Así que les exigimos que respeten las decisiones colectivas que los colombianos manifestamos en las urnas.

El presidente Uribe es para las inmensas mayorías colombianas el hombre más importante y prestigioso de Colombia. Muchos nos hemos sentido representados en su gobierno como nunca antes nos habíamos sentido. Su lucha contra la subversión ha sido limpia y el Estado a recobrado la legitimidad que otros gobiernos le habían restado. El territorio nacional finalmente ha vuelto a ser un territorio para los ciudadanos y no para los terroristas. La ley favorece a quien se ajusta a ella y no a quien pretende imponerse por las armas y la fuerza.

Las acusaciones que en su carta presentan contra el Presidente Uribe son mentirosas y pretenden elevar las calumnias a verdades. No deberíamos los ciudadanos tener que defender a nuestros lideres de supuestos colaboradores. El respeto a los lideres que los países valoran debería ser al menos un indicador de lo que ellos han hecho por sus patrias. Evidencia todo esto la pobre comprensión que tienen ustedes de la realidad de nuestro país. Muestra, además, el poco respeto a los derechos del hombre que tienen. Violan ustedes los derechos del hombre al presentar frente a la opinión publica internacional sus ideas parcializadas y viciosas como si fueran verdades irrefutables. Que sepa el mundo entero que sin que medie juicio, condena, o siquiera acusaciones formales, condenaron al Presidente Uribe, irrespetaron sus derechos y pisotearon el orgullo del pueblo colombiano.

Álvaro Uribe ya no será el Presidente de Colombia, pero las mayorías democráticas le mostraron su respaldo al elegir a su Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos como su sucesor. Colombia respalda la gestión del presidente Uribe. Colombia se la agradece. Colombia celebra este y todos los premios que se le otorguen al Presidente Uribe porque él es el símbolo de que la institucionalidad colombiana no ha perecido, de que somos y seremos una democracia viva y de que Colombia nunca sucumbirá ante los violentos.

Tuesday, June 22, 2010

Will Washington treat Colombia's Santos as an ally?

Washington Post
22 de junio de 2010


JUAN MANUEL SANTOS has demonstrated that pro-American, pro-free-market politicians still have life in Latin America. Mr. Santos, who romped to victory in Colombia's presidential runoff on Sunday, has no interest in courting Iran, unlike Brazil's Luiz Ignácio Lula da Silva. He has rejected the authoritarian socialism of Venezuela's Hugo Chávez. A former journalist with degrees from the University of Kansas and Harvard, he values free media and independent courts. His biggest priority may be ratifying and implementing a free-trade agreement between Colombia and the United States.

So the question raised by Mr. Santos's election is whether the Obama administration and Democratic congressional leaders will greet this strong and needed U.S. ally with open arms -- or with the arms-length disdain and protectionist stonewalling to which they subjected his predecessor, Álvaro Uribe.

Mr. Uribe will leave office in August as one of the most successful presidents in modern Latin American history, though you would never know it from listening to his critics in Washington. He beefed up Colombia's army and economy, and smashed the terrorist FARC movement; murders have fallen by 45 percent and kidnappings by 90 percent during his eight years in office. Though most Colombians wanted him to remain in power, he bowed to a Supreme Court ruling against a referendum on a third term -- which means that unlike Mr. Chávez, he will leave behind a strong democratic system.

Colombia has nevertheless been treated more as an enemy than friend by congressional Democrats, who have steadily reduced U.S. military aid and worked assiduously to block the free-trade agreement Mr. Uribe negotiated with the Bush administration. The Obama administration, which has courted Mr. Lula and sought to improve relations with Venezuela and Cuba, has been cool to Colombia, recommending another 11 percent reduction in aid for next year and keeping the trade agreement on ice.
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Mr. Santos's election offers an opportunity to revitalize the relationship. As defense minister, he demonstrated a commitment to addressing the human rights concerns that troubled some in Congress. He has pledged to seek better relations with both Venezuela and Ecuador, despite the material support those countries have provided to the FARC.

Ratification of the free-trade agreement would serve the administration's stated goal of boosting U.S. exports while bolstering a nation that could be an anchor for democracy and political moderation in the region. It would also allow the administration and Congress to demonstrate that friends of the United States will be supported and not scorned in Washington.